México 18 | Coyoacán
Pasamos el domingo en Coyoacán y nos gustó mucho. Hay varios puntos de interés que se pueden recorrer caminando, hasta llegar al Museo de Frida Kahlo.
Arrancamos en el Parque Centenario, que tiene un super buen ambiente de puestos callejeros y de locales de café, churros y restauración en general. Da para quedarse embobado con toda la vida que transcurre en paralelo. Allí mismo, se encuentra la Iglesia y Convento de San Juan Bautista de Coyoacán, un templo barroco super bonito, con claustro incluido. Estaban en misa y cantaban "Una espiga dorada bajo el sol" durante la Consagración. Me pareció un momentazo y me trajo recuerdos de la infancia. En la plaza anexa, se encuentra la Casa de Hernán Cortés, un edificio amarillo de planta baja, porticado, muy llamativo.
Caminando en dirección al Museo de Frida Kahlo se pasa también por el Mercado de Coyoacán y puestos de arte en una plaza contigua, al estilo de Montmartre en París. Compramos un par de cuadros pequeños de "arbolitos" que combinarán bien con otro par que compramos hace unos años en Tailandia.
El final del recorrido fue la visita al Museo de Frida Kahlo, que yo ya había visitado en mi viaje anterior. Está bien, pero es una visita claramente sobrevalorada. Para empezar, es difícil conseguir entradas. Hace falta reservar con mucha antelación y nosotros sólo las conseguimos de reventa, a precio de oro, a través del hotel de David. Se hacen grupos de entrada cada 15 minutos y, aunque el jardín de la casa sigue siendo muy agradable, el interior acaba bastante masificado. Por último, la visita tiene interés histórico y de acercamiento a la persona y a la artista, pero apenas hay obra de ella, por lo que en unos 45' se completa el recorrido. Me gustó volver, pero curiosamente en este viaje la Casa Azul me resultó menos emocionante que la primera vez y en cambio me sorprendió muy gratamente todo el barrio de Coyoacán, que no conocía.


